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El patrimonio industrial de la provincia languidece (parte 1)

El patrimonio industrial de la provincia languidece (parte 1)

Perla Rodríguez GUADALAJARA

En diferentes municipios de la provincia de Guadalajara existe un gran número de edificios industriales abandonados, totalmente en ruinas, que en algún momento fueron motor de las modestas economías de sus habitantes, así como fuente de trabajo para muchos vecinos y comarcas enteras.
 Estas instalaciones constituyen lo que podríamos llamar el patrimonio industrial de la provincia, que más que un legado en muchas poblaciones se ha convertido en un estorbo, muy a pesar de sus habitantes y ayuntamientos. Tal es el caso de las antiguas instalaciones de Cementos de la Alcarria, de la localidad de Fuencemillán, a pesar de los esfuerzos por darle una nueva utilidad, el municipio no ve más solución que su demolición por el peligro y contaminación de sus ruinas, su alto coste ha hecho que el consistorio este intentando acogerse al Fondo de Emergencia del Gobierno para poder ejecutar su demolición. Aún así, todavía el ayuntamiento guarda la esperanza de que alguna empresa se interese en alquilar las instalaciones.
 Diferente ha sido la suerte de  las antiguas instalaciones de la fábrica de Cementos León, en Matillas, recuperadas en su totalidad por la empresa Agrosa y que ahora también acoge a los trabajadores de las instalaciones de Jadraque, tras la polémica de la inminente demolición de las instalaciones en dicha localidad.
 En busca de un futuro se encuentran  las instalaciones de la antigua fábrica de azulejos de Brihuega, de propiedad privada, el ayuntamiento planifica su inclusión en el POM para su recalificación y futura creación de un camping turístico que atraiga visitantes.

F.cemento-fuencemillán
Presente en el kilómetro 35,750 de la carretera CM-101, se encuentra una antigua fábrica de cemento que fue cedida a la corporación municipal de Fuencemillán en el año 2000. Dicha fábrica pertenecía a Cementos de la Alcarria S.A. y estuvo en funcionamiento desde mediados de los años 60.
 Actualmente, gran parte de los edificios que la conformaban están en ruina, como así declara un informe técnico con fecha del 2006. A pesar que en 1992 la propia empresa ya procedió a demoler una parte de la estructura, existen todavía una serie de edificios abandonados.
Las ruinas del antiguo edificio industrial de Fuencemillán son  objeto de polémica con la vecina población de Espinosa, debido al peligro de derrumbe y a los materiales contaminantes que componen su construcción.
El Ayuntamiento de Fuencemillán ha intentado de todas las maneras posibles darle una utilidad o conseguir ayuda para su destrucción. Los intentos por crear otro tipo de actividad han fracasado, según comenta el teniente alcalde de Fuencemillán, Ramón Merino: "una vez que Portland, Asland y Cementos Hispania, que la habían comprado por leasing, la cedió al municipio se intentó implantar alguna empresa: se instaló un taller mecánico que todavía está; se acondicionaron tres viviendas que estaban destrozadas; también existió una empresa de reciclaje de ordenadores que desapareció. Es decir, se realizaron varios intentos de recuperación pero de forma infructuosa, incluso se publicó un anuncio para que sin cobrar prácticamente nada de alquiler alguna empresa le diera utilidad. La única tentativa, que no salió adelante, fue una empresa de reciclaje de neumáticos, a la cual Espinosa de Henares se mostró contraria y se desestimó".
Otra solución que se vislumbró, pero no recibió el visto bueno de Medio Ambiente, fue la opción de una empresa de reciclaje de escombros: "derribaban la fábrica y la enterraban en un hoyo, pero medio ambiente puso mil pegas por los materiales contaminantes. Además, la empresa propuso la construcción de naves y una hubiera sido para el ayuntamiento", explica.
Actualmente se busca financiación por parte del Fondo Regional de Cooperación Local,  cuyas bases se encuentran presentes en la orden de 20/ 5/ 2008, publicada en el BOE 126, fascículo 2, hoja 19967, con fecha de 18 de junio de 2008. Según Ramón Merino, la única solución es derribar las instalaciones, lo que supone un coste de 351.000 euros: "vamos a intentar conseguir una subvención para tirar las instalaciones, que tienen gran altura y material contaminante. Ahora, se está tramitando por ayuda de emergencia, el Ayuntamiento no tienen dinero para afrontar el problema. Una vez que se tire no se tienen ningún proyecto pensado", concreta el teniente de alcalde.
Por último, el Ayuntamiento deja la vía abierta para cualquier empresa interesada en instalarse: "se dejaría en régimen de alquiler a un precio bastante asequible", concluye Ramón Merino.


Antigua cementera en Matillas

 

Un proyecto con futuro en Matillas

El gerente de Agrosa, Manuel Rojo, indica que la empresa tiene muchos proyectos en marcha en las actuales instalaciones de Matillas, que serán generadores de riqueza y empleo en la zona. Así, en proyecto de realización avanzada están: una planta de biomasa para la producción eléctrica para 5.5 MW que dará otros 20 puestos directos y otros tantos indirectos y una para la producción de biodiesel de segunda generación, que crearía otros 12 puestos directos y otros tantos indirectos.

Cementos León-Matillas
Esta instalación industrial ha corrido mejor suerte que muchas otras de la provincia, ya que ha sido recuperada en su totalidad por la empresa Agrosa, que realizó una gran inversión en su reconstrucción.
 El edificio es la antigua fábrica de "Cementos El León", construida por el año 1.900, por la empresa Cía. Anglo-Española de Cementos Portland, cuyo mayor accionista español, era la familia Fierro, que se iniciaron con la fabricación de cemento gris y por los años 60, pasaron a fabricar cemento blanco. Hacia los años 70, la absorbió Cementos Asland, hasta que la cerraron sobre el año 84, en que quedó abandonada.
Agrosa la compró en el año 1996, inicialmente para ubicar en ella la nueva actividad que en esas fechas se iniciaba alrededor del Lino Textil, desarrollando una serie de inversiones importantes y dando trabajo a alrededor de 90 personas. Su actividad se desarrollaba como: Fábrica de procesado de la fibra. Centro de selección de semillas para la siembra de lino. Secaderos de lecho fluido para el secado de las semillas. Fábrica de extracción de aceites de la semilla del lino que no se utilizaba para las siembras. Planta de cogeneración de 2 MW, para producir calor para los secaderos y la extractora y electricidad para todo el procesado.
En los años 99/2000, con la caída en desgracia de este cultivo, la empresa se ve en la necesidad de reconvertir el 90 % de la industria e instalaciones para otros fines, con la consiguiente  pérdida económica y perdidas de empleos.
Actualmente, según comenta el gerente de Agrosa, Manuel Rojo, dentro del recinto industrial Agrosa-El Leon trabajan alrededor de 25 personas y la empresa desarrolla las siguientes actividades: Fabricación de piensos El Arca de Noé. Fabricación de biomasa para calefacción, marca Energrán. Fabricación de forrajes granulados, bajo la marca Fibramáx. Extractora de aceites Vegetales. Secaderos de semillas oleaginosas y maíces. Almacenes de productos agrícolas.
Por último, Manuel Rojo, apunta que "en este período de reconstrucción se han tenido que utilizar muchas horas y muchos recursos, ya que se ha pretendido mantener las estructuras básicas, como edificios de oficinas, naves centrales, entre otras”.


La Fábrica de cerámica de Brihuega

 

Un posible camping en el jardín de la Alcarria

La antigua fábrica de cerámica de Brihuega podría ser en un futuro un camping turístico. En estas instalaciones que datan de 1947, antes de la floreciente fábrica de cerámicas, existió otra fundada por Francisco Mesias, que bajo el nombre de Productos Químicos y Sintéticos (Prona), daba trabajo a 150 habitantes de la localidad que se dedicaban a productos químicos para otras industrias, como caldos Gallina Blanca.
En 1954 cambio de actividad y se dedicó al tratamiento de algas marinas, hasta 1966 cuando se traslado a Burgos de forma definitiva y se lleva a la mayoría de  trabajadores. En 1965 se inauguró Eurocerámica, la única en Europa que trabajaba con azulejos de pasta blanca, dio trabajo a la gente que estuvo en Prona y llego a tener alrededor de 300 trabajadores, incluso de otros lugares de la provincia, tales como: Romancos, Pajares, Balconete, entre otros. Estuvo funcionando hasta los años 80, sus años de esplendor comprenden la década de los 70, su declive vino por la falta de renovación de maquinaria, por lo que sobre el año 1983 se hicieron cargo los trabajadores, a través de una comisión, cambiando el nombre a Sociedad Cerámica Briocense S.A, laboral. Entonces, se cinco trabajadores tomaron las riendas con ayuda de la Junta, Diputación y el Ayuntamiento, pero no salió adelante y poco a poco desapareció.

Publicado 2009 El DIA DE GUADALAJARA

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