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Botarga, imagen viva de la tradición alcarreña

Botarga, imagen viva de la tradición alcarreña

Perla Rodríguez GUADALAJARA
“Botarga, así se conoce en los pueblos en la zona de Guadalajara, especialmente en los pueblos de la Campiña y de la sierra, a un personaje mal encarado, estrafalario, que va cubierto con una careta que llama la atención, grueso y desencajado, relacionado a los aspectos carnavalescos de las fiestas de Guadalajara y de muchas provincias de España, en las que recibe otros nombres. En nuestra propia provincia se le conoce también como zangarrón, chamarro, entre otros". Así, explica José Ramón López de los Mozos, autor de diferentes libros relacionado con las tradiciones y las fiestas en Guadalajara y jefe de sección de la administración de cultura de la Diputación Provincial, que se entiende por el término de Botarga.
Del origen de este personaje, presente en la mayoría de fiestas de la provincia, poco se sabe : " su origen se pierde en la noche de los tiempos. Digamos que es un personaje ancestral, prerromano, prehistórico", matiza.

En enero y febrero, la Botarga está presente en los pueblos de la provincia


En este sentido, según José Ramón López de los Mozos hay varias teorías, una de ellas hace referencia al mundo vegetal, “hay que tener en cuenta que la época de carnaval es cuando se preparan los campos para las cosechas y ellos con sus saltos y cabriolas lo que hace es que las crezcan las futuras cosechas y el pueblo sea más rico y tenga comida”. Otra teoría, dice que al tirarse a los charcos y rodar por el suelo coge la fuerza genética de la tierra, que trasmite a través de la naranja o la cachiporra, cuando da las mujeres en el pecho o en las partes genéticas, dándoles un poder fertilizante y generador. Una tercera, hace referencia a un personaje de la comedia del arte italiano, una tal Botarga,  que iba vestido de forma arlequinada. "Sin embargo, nosotros nos pronunciamos por el personaje de carácter ancestral", concreta.

Ser Botarga es duro. Hoy la persona que lo representa es joven, con bríos y con buen ánimo


El jefe de sección de la administración de cultura de la Diputación explica que la Botarga en principio fue un personaje religioso, aunque no cristiano o al menos católico,  sino de una religión de culto a los árboles y a la naturaleza. Luego con el paso del tiempo, es asimilado por el cristianismo y por eso forma parte de las procesiones, por ejemplo: en Valdenuño Fernández va delante de la imagen del santo niño y de espaldas al camino, gritando vivas y salves al niño y abriendo paso con el ruido de sus cencerros. Lo mismo que ocurres con la Botarga de Retiendas, donde va delante de la Virgen gritando ¡ Viva la Virgen Santísima!, “lo que es un signo de cristianización”.
Evolución.
Para José Ramón López de los Mozos, la Botarga en algunos casos conserva el significado primitivo. Muchas han desaparecido en la guerra y poco después, cuando el gobierno franquista prohibió este tipo de actividades carnavalescas y las persiguió a través de la Guardia Civil, que muchas veces hacía la vista gorda, dejándolas actuar. En otros lugares, han ido cambiando con el paso del tiempo, algunas que iban solas hoy se acompañan por grupos de danzantes y otras están representadas por mujeres, cuando siempre han sido los hombres. "Podemos decir que de momento se van conservando, aunque van perdiendo mucho rigor", asevera.
En este mismo sentido, el jefe de sección de la administración de cultura de la Diputación aclara que tradicionalmente existen dos tipos de Botarga: las de invierno y las de veranos. Las primeras, Botargas fustigantes, son las que llevan máscara de colores chillones, vibrantes y cálidos, con cejas pronunciadas, con lenguas hechas de cuero y bigote de cola de caballo. "Como las máscaras que hacia especialmente para la zona de Arbancón, Beleña, el ya desaparecido caratulero Hermenegildo Alonso, más conocido como el "Mere" el "Mereja".". Las segundas o de verano se diferencian en que no suelen llevar máscara.

Botarga: personaje mal encarado, estrafalario, grueso, desencajado, cubierto con una careta


Indumentaria
En relación a su indumentaria, José Ramón López de los Mozos, explica que su colorido tiene por intención llamar la atención. Son trajes hechos con retales, que constan de tres o cuatro partes: los pantalones, algunos llevan un apéndice llamado "higo o higa", que algunas veces se llenaba de alfileres con el fin de que la juventud y la chiquillería inquieta cuando fuesen a arrancárselos se les pincharan las manos. A la cintura, para sujetar esos pantalones multicolores en los que a veces también van cocidos signos astrales, como la luna, el sol estrellas, o lagartos y serpientes, llevan unos cencerros o campanillas pequeñas con las que van haciendo ruido. En la parte de arriba, llevan una especie de saco o de chaqueta multicolor, a veces hechas de retales, drapeados, o con puntillas en los bordes, como la botarga de Montarrón. Otras veces llevan campanillas o unos cinturones con cencerros que les cruza el pecho y la espalda. Calzan generalmente albarcas y llevan peales para no tener fríos los pies, aunque ahora llevan zapatillas de deporte. Y algunas, muchas de ellas llevan una caperuza o gorro que terminan en una borla multicolor. También, en la chaqueta, tienen una chepa o cobijón donde van almacenando pelusa de espadaña, que luego arrojan a las mozas casaderas y a los chicos cuando le persiguen por las calles del pueblo. Se acompañan de una cachiporra con la que dan golpes en los hombros a las personas a las que pide limosna, si es Botarga limosnera, y llevan un receptáculo, llamada castañuela, cuyo objetivo es guardar las monedas que les dan.

El personaje
El jefe de sección de la administración de cultura de la Diputación comenta que antiguamente la persona que representaba a este personaje era un asalariado o un vecino del pueblo que hacía un voto u ofrecimiento a cambio de un deseo. Solía ser la misma personas, casos como Montarrón, donde Félix Megia ha hecho de Botarga durante cincuenta y un años. "El hacer de Botarga es muy duro. Recorren las calles del pueblo desde tempranas horas de la mañana, dando golpes, tirándose por el suelo, llamando a las puertas, corriendo sin parar, haciendo sonar los cencerros. Es algo con lo que termina el cuerpo rendido. Actualmente, la gente que desempeña el cargo de botarga suele ser gente joven con bríos y animados por el alcohol".


José Ramón López de los Mozos

El autor y sus obras

José Ramón López de los Mozos es creador y primer director de la Biblioteca de Investigadores Alcarreños, Cronista Oficial de la villa de Maranchón, escritor e investigador del folclore provincial, de la Guerra de la Independencia, de temas de arte,  además de creador y director de los “Cuadernos de Etnología de Guadalajara”. Entre su bibliografía figuran libros dedicados a las Botargas, y artículos del tema carnavalesco. Ha escrito Guías de la Artesanía de Guadalajara y artículos sobre la religiosidad popular. “Empece con 16 años a visitar los pueblos y a conocer todas las fiestas y botargas, viajaba con mi padre o con el grupo de montaña.
Yo había estado fuera de Guadalajara y al volver me dí cuenta de los valores culturales, etnográficos ,artísticos e históricos, que merecía la pena dar a conocer. Entonces, empece a escribir sobre ellos, sin parar desde que tenía 16 años hasta hoy, que acabo de cumplir cincuenta y ocho.
En el libro Imago Hispania , aparece un trabajo de las Botargas de Guadalajara y las consideraba entonces y las sigo considerando una manifestación viva en proceso de extinción. Hay que darse cuenta que con el paso del tiempo y cambios en las formas sociales, por ejemplo: la desaparición de las fiesta de los quintos, la no celebración de las fiestas de los mayos, la emigración , entre otros, han puesto en peligro las manifestaciones de carácter etnográfico o folclórico, que han cambiado o desaparecido”.

Publicado 2009 El DIA DE GUADALAJARA

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